¿Sabías que, pese a ser conocida tradicionalmente como una tierra llana y seca, la Comunidad de Castilla La Mancha alberga el mejor y más amplio conjunto de humedales interiores de España?

Hablamos de la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda, donde hoy visitaremos una de sus 67 lagunas: la Laguna del Taray, en la provincia de Toledo. Este espacio húmedo parte de la Red de Espacios Naturales de Castilla La Mancha y está incluido en la Reserva Natural de las Lagunas y Albardinales del Cigüela.

La Laguna del Taray es parte de una finca particular, del mismo nombre, que tiene una superficie de 1100 hectáreas. Ahí, usos tradicionales como la agricultura, la ganadería y los olivos se complementan en la actualidad con el ecoturismo, donde la actividad de fotografía de aves principalmente asociadas al humedal y la estepa, están brindando una importante fuente de ingresos y empleo, y colaborando además en la conservación de hábitats y especies asociadas a ellos.

Aguilucho lagunero, zampullín cuellinegro o bigotudo son algunas de las especies más buscadas por los fotógrafos de aves que, llegados de todas las partes del mundo arriban a la laguna de El Taray con la certeza de poder verlas.

Hoy regresamos con nuestra serie Vidas Protegidas. En este primer episodio viajaremos a las lagunas de la Mancha Húmeda para conocer a Francisco, un carpintero reconvertido a guía de naturaleza en los hides de la laguna El Taray.

En 2014 los propietarios de la finca privada de 1100 hectáreas en las que se encuentra la laguna del Taray apostaron por introducir el uso turístico como complemento a las rentas tradicionales de la producción agrícola, tratando que la finca fuese viable econonómicamente.

Francisco, que por aquel entonces trabajaba en el pueblo fabricando puertas, se quiso sumar a este giro estratégico en la marcha de la finca.

En la última década, los hides de El Taray se ha convertido en un referente internacional de la fotografía de aves.

Cada año, más de 1000 fotógrafos llegados de todos los rincones del mundo se acercan a este humedal para obtener imágenes de bigotudo, malvasía, zampullín cuellinegro, cernícalo primilla o águila imperial, entre otras especies.

Y ahí está Francisco para recibirlos y llevarlos al hide adecuado en el que obtendrán esas fotografías que vienen buscando. Este manchego nos dice durante la entrevista que muchos de los fotógrafos repiten, porque ningún día es igual que el anterior: cambian las luces, las especies que entran al hide, los comportamientos… pero a nuestro entender hay algo que nunca cambia en El Taray: la amabilidad con la que este anfitrión recibe a los fanáticos de la fotografía de aves. Para él, son una gran familia.