Hoy viajamos al Parque Natural del Alto Tajo para conocer esta zona del curso alto del río más largo de la Península que le da nombre.
Con una superficie de más de 100.000 hectáreas repartidas en las provincias de Guadalajara y Cuenca, este espacio protegido acompaña el recorrido del río cuyo nombre en latín, Tagus, hace referencia a los impresionantes y profundos cortados que el río ha generado en este curso alto. Estas escarpadas laderas y hoces del río, junto con formas singulares en la roca, como cuchillos, agujas y monolitos sobre rocas calizas y areniscas rojas, definen y dan personalidad única a este parque natural y son algunos de los valores que lo han llevado a formar parte del Geoparque Comarca de Molina-Alto Tajo.
Más allá de sus características geológicas, el parque natural Alto Tajo también es flora y fauna. Formaciones únicas de sabinas, bosques de rebollo, grandes forestaciones de pino, arbustos como el boj y especies de bosque de galería que acompañan al río, dan cabida a infinidad de especies animales que conviven en esta zona de clima extremo, que pasa de las altas temperaturas estivales a las nieves del invierno.
La diversidad de ambientes, el tamaño de este espacio natural y la baja densidad de población en esta área ha propiciado que el Parque Natural Alto Tajo se haya convertido en un refugio para muchas especies amenazadas en otros lugares del país. Los cortados rocosos que acompañan el curso del río son un lugar ideal para aves rapaces como los buitres, el buho real, el águila perdic era o la real y se trabaja para que otras, como el quebrantahuesos, vuelvan a estar presentes. La presencia de hasta 6 especies diferentes de grandes ungulados es también otro de los grandes atractivos faunísticos de este parque natural.
Hoy conoceremos a Gemma, una catalana afincada en Peralejos de las Truchas, en pleno corazón del parque natural Alto Tajo.
Junto a su pareja, Gemma apostó por vivir en el medio rural para realizar actividades de ecoturismo en este espacio protegido, con el fin de dar a conocer su naturaleza, su cultura y su historia. Hace unos años, y casi por casualidad tras el contacto con dos invidentes que querían conocer el parque natural, nuestra protagonista descubrió que era necesario incluir actividades en su catálogo para que las personas con dificultades sensoriales o algún tipo de discapacidad pudiesen disfrutar también de los espacios protegidos.
Ahí nació la esencia de su proyecto «Sentir el Alto Tajo» que muestra de una manera diferente este espacio natural protegido y lo hace más accesible para todos, escudriñando cada valle, cada senda, cada rincón, en busca de sorpresas a través de los sentidos: el viento, el agua, los olores de las plantas, los sonidos de las aves… todos los elementos ayudan a enriquecer la experiencia en el Alto Tajo y hacen accesible para todos a este parque natural.