Esta semana viajamos a la ría de Arousa para conocer la Isla de Cortegada que, junto con los archipiélagos de Cíes, Sálvora y Ons componen desde el 2002 el Parque Nacional Marítimo-Terrestre Islas Atlánticas de Galicia.
La Isla de Cortegada está situada frente al pueblo de Carril, conocido en todo el país por sus almejas cultivadas en los arenales próximos a la isla, y forma junto con las Briñas y las Malveiras un archipiélago que lleva su mismo nombre.
La historia y cultura del pueblo de Carril va de la mano de la isla de Cortegada y uno no se entendería sin el otro. En el siglo XX, la isla que había sido donada al Rey Alfonso XIII para que estableciese su residencia de verano pasó a manos de una inmobiliaria que proyectaba construir un puente entre Carril y Cortegada para establecer una urbanización de lujo . Los vecinos se movilizaron y consiguieron que la isla se protegiese, paralizando así las pretensiones urbanísticas. El 30 de agosto de 2007, cuando fue expropiada por la Xunta de Galicia tras el pago de un justiprecio de 1,8 millones de euros, la isla volvió definitivamente a ser de dominio público, para tranquilidad de los vecinos de Carril.
Hoy conocemos a Rita Vidal. Desde siempre, su vida a girado en torno al mar, como la mayor parte de sus vecinos de Carril (Vilagarcía de Arousa).
Cuando era pequeña, Rita junto a un par de amigas, se hicieron la promesa de que “de mayores” trabajarían las tres juntas, como no, en el mar.
¡Y la promesa se cumplió!. Tras varios años en las que unas estudiaron y otras buscaron suerte trabajando fuera, Rita y sus amigas de la infancia fundaron Amarcarril: una asociación de mariscadoras en las que vuelcan el conocimiento de la tradición del marisqueo heredado de sus antepasados, para dar a conocer este oficio a los visitantes que quieren descubrir de dónde salen las famosas almejas de Carril.
De la mano del Parque Nacional Islas Atlánticas de Galicia, Amarcarril muestra también a los turistas uno de los mayores tesoros del municipio: la isla de Cortegada. Aquí, los visitantes descubren en primera persona este espacio protegido desde lo cultural, desde lo ambiental pero sobre todo desde el corazón de estas mariscadoras infatigables que, orgullosas y desde su experiencia, quieren mostrar al mundo los secretos de Cortegada y su tradición marinera.