La dirección de este humedal protegido trabaja desde hace años con la Fundación Cadisla, una entidad sin ánimo de lucro que contrata a personas con discapacidad o que han sufrido alguna enfermedad grave y les brinda, en este caso, un empleo para realizar labores de mantenimiento en este espacio protegido.

Celestino, al igual que sus compañeros de equipo ha demostrado que las limitaciones son solo ilusiones y que, con perseverancia y ayuda de empresas e instituciones, se puede superar cualquier obstáculo que se nos presente en el camino y que los sueños pueden cumplirse. En su caso, poder trabajar en su tierra, cuidando un lugar tan especial como es el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

Aquí, el agua contenida en una sucesión de cubetas calcáreas es protagonista absoluta y conforma un espectáculo de arroyos, lagunas de color turquesa , saltos y cascadas que cada año, visitan más de 600.000 personas, lo que genera un importante ingreso económico y oportunidades de empleo para los municipios del entorno de este espacio protegido manchego.

Este parque natural, con sus 16 lagunas que a lo largo de 30 kilómetros van mostrando sus singularidades paisajísticas, geológicas y con una rica biodiversidad, sorprende a los turistas que, atraídos por su paisaje, sus actividades acuáticas, zonas de picnic y senderos, encuentran aquí un paisaje único que supone una espacio casi irreal en La Mancha llana y seca, que embrujó al propio Miguel de Cervantes, quien consideró que bien pudieran ser «creadas como por encanto del mago Merlín». Tal fue su fascinación, que algunos de sus paisajes figuran en la genial obra Don Quijote de La Mancha.